La fecha de nacimiento de esta raza, de la cual descenderán casi todos los bracos de origen francés, se puede situar hacia finales del siglo XVI. Tuvo su momento de máximo esplendor a caballo entre los siglos XVII y XVIII y no existe manual de caza de aquella época que no hable de él exaltando sus dotes de olfato, resistencia y sentido venatorio. También aparece en cuadros de célebres pintores que lo representaron al lado de los nobles, quienes lo consideraban un digno ornamento, ya que era tenido en gran consideración, incluso por la familia real. Sin embargo, su notoriedad comenzó a disminuir desde entonces, hasta el punto que con el pasar del tiempo se ha vuelto cada vez más raro. Su retorno es historia relativamente reciente v se inicia en la segunda postguerra, cuando un grupo de cinófilos. recuperando los pocos ejemplares puros que aún existían, comenzó su cría.